miércoles, 2 de diciembre de 2009

El altar del Tibidabo

Desde muchos rincones de la ciudad, cuando menos te lo esperas, te sorprende ver la lejana silueta del templo del Tibidabo, cumbre de Barcelona, el pico más alto de Collserola. Esa figura parece vigilarnos a veces, sobre todo cuando, de noche, se la ve brillar en un resplandor anaranjado, como si estuvieran abriéndose las puertas del infierno. Debo confesar que esa imagen a veces me produce un escalofrío, hay algo turbador en esa iglesia en lo alto de la montaña, así que es natural que un día me preguntara: ¿por qué se construyó ese templo en la cumbre de Barcelona?




Antes de avanzar en el resultado de esta investigación, hay que hacer notar la peculiaridad del nombre que lleva esta montaña. Tibidabo suena diferente al resto de los topónimos habituales de la zona. La razón es que es un nombre que fue escogido por los monjes jerónimos, que tenían un monasterio cercano a la cumbre, hoy en día desaparecido. El vocablo Tibidabo está formado por dos palabras latinas, que son parte de la frase que según el Evangelio de San Mateo, el diablo le dijo a Jesucristo cuando lo tentó en la cumbre de una montaña desde la cual se veía un paisaje maravilloso: "Todo esto te daré si te postras y me adoras", "tibi omnia dabo si cadens adoraveris me". En una de las vidrieras del templo se representa la escena.




Pero que una cumbre con grandes vistas les recordara este paraje a los monjes sería una anécdota si no hubiera algo más. Porque no era una cumbre cualquiera. Según diversos estudios arqueológicos, desde tiempos inmemoriales la cumbre del Tibidabo era escenario de rituales paganos, desde las primeras tribus asentadas en la zona hasta las brujas medievales que hacían sus reuniones en lo alto de la montaña. El Tibidabo es desde antiguo es un lugar dedicado a Dioniso o al diablo, o a lo que quiera que sea que aparece cuando ciertas fuerzas le invocan en uno de sus lugares de poder. No es raro que esta montaña precisamente, y no otra, recordara a los jerónimos el pasaje de la Biblia donde Satán tienta a Jesús.





Durante siglos, la Iglesia Católica se dedicó a extinguir viejas religiones paganas, en ocasiones integrando sus rituales o sus lugares mágicos. En el caso del Tibidabo, lo que se hizo fue construir un templo encima del lugar donde durante siglos se había adorado a Satán. Es curioso que el templo se denomine expiatorio, es decir, construido con el propósito de purgar los pecados. ¿Qué mejor lugar para hacerlo que un lugar maldito donde se habían cometido tantos pecados, tantos rituales siniestros? ¿Quién sabe si la cripta del templo esconde bajo sus losas el antiguo altar pagano donde se podrían encontrar restros de la sangre de viejos sacrificios? Puede que nunca lo sepamos, pero a veces pienso que con sólo mirar la silueta rojiza y humeante del templo en lo alto de la montaña, uno puede imaginar la respuesta.




Para concluir, en la propia web del templo hay datos inquietantes sobre el origen del mismo (en la sección de "Historia"). Doce caballeros compraron los terrenos para evitar que el lugar fuera ocupado por "una secta" y se lo donaron a San Juan Bosco para que construyera un templo "a fin de que en la cumbre del mismo, que amenaza convertirse en un semillero de irreligión, se levante un Santuario". ¿Qué secta, qué semillero de irreligión querían combatir? Habrá que continuar investigando. 











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